P, R, N, D... Qué significan todas las letras del cambio automático (2024)

Conducir un coche automático es muy fácil, aunque hay que saber de antemano para qué sirve cada modo

Casi todos los coches que se venden nuevos en el mercado actual tienen cambio automático. Esto no ha sentado nada bien a los conductores más experimentados que llevan varias décadas haciendo el juego de palanca y embrague, y que ahora notan que, a su vejez, ya no pueden adquirir un vehículo con una transmisión manual de las de toda la vida.

Los coches con cajas automáticas han estado circulando por nuestras ciudades durante años. Sin embargo, europeos y japoneses siempre hemos sido más proclives a utilizar vehículos con pedal de embrague. Es a lo que nos han acostumbrado y también la opción más económica a la hora de comprar un automóvil.

Las normativas medioambientales han cambiado completamente el paradigma. Los automatismos son más eficientes cambiando de velocidad —ecológicamente hablando, claro—. Además, al añadir mecánicas eléctricas que actúan directamente sobre la transmisión, la solución más eficaz que han encontrado los fabricantes es la de hacer desaparecer los cambios manuales.

Si estás pensando en comprarte un coche nuevo, pero no tienes muy claro qué significan las letras del cambio automático, estamos aquí para ayudarte. Vamos a explicarte detenidamente qué significa cada letra y en qué situaciones debes usarlas. Cuando termines de leer el artículo, verás que no tiene complicación ninguna.

• R - Marcha atrás (Reverse)
• N - Neutral
• P - Estacionamiento (Park)
• D - Directa (Drive)
  • Evitar errores de conducción en modo Drive
• Otros modos de coches automáticos
  • S - Deportivo (Sport)
  • L - Bajas (Low)
  • D1 y D2
  • Overdrive

R - Marcha atrás (Reverse)

Comenzamos con la marcha que menos misterio tiene. ¿Cuándo se usa la 'R'? Pues, evidentemente, en los mismos casos en los que usamos la R en un vehículo manual. Marcha atrás.

Simple y sencillo. La única recomendación que te podemos dar antes de introducir la reversa en un coche automático es que te asegures que el vehículo está completamente detenido antes de meter esta marcha. Es uno de los errores más habituales al 'cambiar de marcha' en un automático. Si el coche todavía se está desplazando hacia adelante y metes la marcha atrás, los engranajes de la caja de cambio van a tener que hacer un sobreesfuerzo para compensar el movimiento. Si lo haces una vez, no pasa nada. Sin embargo, si lo conviertes en un hábito, puedes dañar la caja. Las automáticas son extremadamente caras de reparar, por lo que es algo a tener muy en cuenta. Si cometes este error, trata de corregirlo lo antes posible.

N - Neutral

La 'N' de la palanca es la posición neutral. Cuando ponemos el coche en esta posición, lo que habremos hecho es desconectar la transmisión del motor. Aunque el motor siga encendido y aceleremos, las ruedas no van a recibir ese giro.

¿Es lo mismo entonces que el punto muerto en un coche manual? Buena pregunta. En un vehículo manual, cuando nos paramos en un semáforo, lo ideal es colocar punto muerto, pisar el freno y sacar el pie del embrague. Hacerlo hará que el embrague dure más, al mismo tiempo que recibiremos menos daño en caso de que recibamos un alcance por detrás al estar parados, puesto que el coche no tendrá tanta inercia para seguir.

En un coche automático no es nada recomendable pasar a neutral en semáforos, pasos de peatones y demás situaciones en las que el vehículo va a estar parado. En una parada corta sí se puede usar (dejando pisado el pedal del freno), pero lo normal es usar este modo en casos en los que hay que empujar o remolcar el coche, así como durante determinados mantenimientos, como puede ser un cambio de pastillas de freno.

P - Estacionamiento (Park)

De la 'N' saltamos a la 'P'. Para mucha gente, esta es la posición más complicada de entender, pues no tiene su equivalente directo en los coches con caja manual.

Cuando movemos la palanca hacia la posición 'P', lo que estamos indicando es que estamos estacionando el vehículo. En un coche manual te limitarías a poner punto muerto y subir el freno de mano. En los automáticos, este modo de aparcamiento activa un mecanismo de bloqueo de la transmisión que evita que las ruedas giren.

Los coches automáticos tienen un sistema que traba los engranajes de la transmisión para que el vehículo quede completamente inmóvil. Aunque esto no sustituye al freno de estacionamiento, esta función de trabado de la caja de cambios funciona como una capa de seguridad adicional. Independientemente de que aparquemos en llano o en una pendiente muy pronunciada, el coche no se va a mover de ahí.

Pero aquí no queda la cosa. Muchos fabricantes exigen que la palanca del vehículo esté posicionada sobre la 'P' antes de apagar el motor. Lo mismo ocurrirá al arrancar el vehículo. Si la palanca no está en su sitio, el vehículo no arrancará. Adicionalmente, también puede ser necesario pisar el pedal de freno al pulsar el botón de arranque o al hacer el giro de llave. Como en el caso de la reversa, antes de usar este modo, el coche tiene que estar completamente parado.

D - Directa (Drive)

Llegamos por fin a la posición principal de la palanca, que es básicamente la que utilizamos para conducir. El modo 'drive' es el más sencillo de todos. Cuando pises el acelerador, el coche se moverá hacia adelante. La única diferencia respecto a un vehículo de marchas es que será el propio coche el que realice los cambios.

Existen varios tipos de cajas de cambio automáticas y no todas ellas funcionan de la misma forma. Este es el motivo por el que dos vehículos automáticos se pueden sentir completamente diferentes en esta posición 'D'. Una caja de doble embrague es capaz de hacer cambios de marcha casi imperceptibles, situación que no experimentaremos con otras tecnologías como el convertidor de par —igualmente muy buenas y fiables, aunque no tan rápidas— o las transmisiones CVT que tanto usan las marcas japonesas, donde no existe una caja de cambios como tal.

Evitar errores de conducción en modo Drive

Todavía nos quedan unos cuantos modos especiales. Pero antes de llegar a ellos, si estás leyendo esto, suponemos que no tienes mucha experiencia con coches automáticos y todavía sientes cierto respeto a utilizar un coche de este tipo. Es totalmente normal.

El fallo más típico de una persona que comienza a usar un coche automático después de llevar años usando un coche manual es el de pisar fuertemente un pedal de embrague que no existe. El pie izquierdo se nos va sin querer al pedal del freno, y acabamos deteniendo el vehículo de golpe, creando situaciones bastante peligrosas. Como conductor, te puedes golpear con el volante si no estás bien sujeto con el cinturón, y tus acompañantes también pueden sufrir algún que otro daño por el tirón. Además, te pueden dar un alcance si circulas en una calle transitada.

Para evitar que te pase esto —que te va a pasar—, hay un truco infalible. Simplemente, coloca tu pie izquierdo detrás del derecho en lugar de usar el reposapiés. Puede no parecer la posición más cómoda del mundo, pero te acabarás acostumbrando. En mi caso personal, utilizo coches automáticos de forma esporádica y jamás he tenido este problema porque me explicaron este truco la primera vez que tomé el volante de un coche automático.

Otros modos de coches automáticos

La gran mayoría de los coches automáticos tienen una palanca de tipo 'PRND', con los modos que acabamos de explicarte de forma detallada. Sin embargo, en algunos vehículos podemos encontrarnos posiciones especiales que podemos usar o no en función de nuestras necesidades.

S - Deportivo (Sport)

El problema de tener un coche de 200 CV y 7 marchas es que, a poco que aceleres, el automatismo va a utilizar la marcha más larga posible con el fin de ahorrar combustible. El modo deportivo o modo Sport nos va a permitir saltarnos esa restricción, aunque todo va a depender de cómo esté diseñada la caja:

• Cambio a mayores RPM: casi todas las cajas automáticas suelen cambiar de marcha cuando las revoluciones pasan del punto de máxima eficiencia, que es la zona de par. Con el modo deportivo podemos decirle al coche que queremos apurar las revoluciones mucho más, pudiendo estirar hasta algo así como las 6.000 vueltas en un gasolina o unas 4.000 en un diésel.
• Retención de marchas: hay vehículos que, llegados a ciertas revoluciones, el sistema nos va a cambiar automáticamente de marcha. Sin embargo, en una bajada, puede ser muy interesante clavar una marcha intermedia o baja para que el coche no siga acelerando por la acción de la gravedad.
• Uso de levas o control manual: en los automóviles que tienen levas en el volante, vamos a poder conducir el coche como si fuéramos en modo manual gracias a este modo deportivo. En otros, podremos utilizar la palanca para subir o bajar marchas a nuestro antojo.
• Mejoras de rendimiento: en función del coche y el fabricante, el modo S puede endurecer la suspensión, usar un modo de motor que prioriza la potencia frente al ahorro y otras características más enfocadas al disfrute y la deportividad.

L - Bajas (Low)

Este modo no es tan común, pero algunos coches lo llevan. Sirve para que el vehículo mantenga una marcha baja, lo que resulta útil para subir desniveles o incluso para bajar grandes alturas sin tener que abusar del freno.

En terrenos resbaladizos, o en condiciones de baja tracción —nieve, barro, arena...—, usar este modo puede ser útil, especialmente si no se lleva el neumático adecuado —en este caso, lo ideal sería llevar unas gomas M+S—.

Este modo 'L' también se puede usar si se lleva un remolque, pues se va a necesitar más fuerza de arrastre para llevar en buenas condiciones la carga.

D1 y D2

Debajo de la 'D', algunos coches antiguos llevan un modo '1' y un modo '2'. Sirven para bloquear la primera o la segunda marcha respectivamente. Se suele emplear casi en las mismas situaciones en las que usaríamos el modo 'L' del que acabamos de hablar. En resumidas cuentas, si estás circulando en una situación en la que consideras que el coche no debería pasar de primera o segunda marcha, lo más fácil es poner la palanca en una de estas dos posiciones.

Overdrive

Las cajas automáticas modernas tienen multitud de marchas. El Grupo Volkswagen vende su DSG actual de 7 marchas, Mercedes-Benz tiene su caja de convertidor de par de 9... Sin embargo, en el pasado, hacer cajas tan complejas era carísimo y repercutía directamente en la fiabilidad del vehículo. Por eso, los fabricantes de cajas automáticas implementaban el 'modo overdrive', que no deja de ser una marcha alta que reduce la relación de transmisión por debajo de 1:1.

Cuando un coche con una caja de este tipo circula en este modo, el motor gira a una velocidad más baja en relación con la velocidad de las ruedas del vehículo, permitiendo que el coche viaje a altas velocidades del vehículo con menos vueltas en el motor.

Esta función ya no suele encontrarse en coches modernos porque las cajas de ahora tienen muchas marchas, lo que resulta mucho más cómodo para hacer viajes por autovía o autopista. Mientras que una caja de 6 o 7 marchas puede adaptarse a un cambio en el terreno (una elevación pronunciada en una carretera a 120 km/h, por ejemplo), un vehículo en modo overdrive no puede hacerlo, por lo que habría que desactivar el modo para enfrentarnos a esa condición.

Y hasta aquí los principales modos de conducción que tienen las cajas automáticas. Aunque pueden causar cierto respeto al principio, en cuestión de hacer unos pocos kilómetros, es normal habituarse a ellas. Antes de despedirnos, es importante que sepas también que las transmisiones automáticas tienen mantenimientos importantes que no deberías saltarte para que no se dañen los mecanismos. Cambiar los fluidos es clave para no experimentar averías costosas, como las que comentamos en esta entrada sobre cómo saber si está dañada la caja de cambios.

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